Hace mucho tiempo que vengo usando un jabón casero, que no había compartido en el blog, más por despiste, que por otra cosa. Pero hoy os lo dejo por aquí, es muy fácil de hacer y os garantizo que el resultado es genial.
Desde pequeña, en mi pueblo, conocí la pastilla de jabón casera, que hacían mis tías con las grasas y aceites que usaban a lo largo del año, en un barreño bien grande y luego lo cortaban en trozos que duraban un montón. Con ellas lavaban a mano, de lavadoras ni soñarlo, todavía eran un lujo desconocido, que de esto hace ya 50 años.
Bueno pues hace unos años decidí probar y buscar una receta que se acoplara a la lavadora y a la vez poder lavar a mano lo que fuese necesario.
No podría decirlo con total seguridad, pero creo que por aquel tiempo, no se utilizaba el aceite de oliva como base de la alimentación, hablo de Albacete, sino las pringues de los embutidos, y demás productos derivados de la matanza de cerdo; hoy tenemos tantas posibilidades que me costó un montón decidir por dónde empezar, ya que hay recetas para todos los gustos, por ejemplo, que ya incluyen suavizantes al jabón, y muchos otros ingredientes, para evitar el posible olor residual al aceite o para suavizar la ropa.
Opté por la simplicidad, ya que lo que buscaba era un jabón que fuese lo menos contaminante posible, con ingredientes fáciles de encontrar y que me resultara fácil de hacer. Me preocupó en principio el uso de la sosa cáustica, hasta que entendí el proceso de la saponificación. Tuve que buscar en la información química, ya que no tengo formación ni conocimientos químicos, más allá de los que voy aprendiendo sobre la marcha.
¿Qué es la saponificación? Bueno, pues resulta que es un proceso químico por el cual un cuerpo graso (en nuestro caso será aceite usado, tanto de oliva como de semillas) unido a un álcali (sosa cáustica) y agua, da como resultado jabón y glicerina. La glicerina se usa en los productos de limpieza, productos farmacéuticos o cosmética.
Para un kilo de jabón, se necesita:
·800 gr de aceite usado
·285 gr de agua
·122 gr de sosa cáustica
Vamos al paso a paso y verás qué fácil y rápido:
·En un recipiente primero pones el agua y añades la sosa. Vas removiendo hasta que se disuelva. Tienes que tener mucho cuidado ya que la sosa quema la piel, así que está bien usar guantes, delantal o la protección que consideres oportuna.
·El aceite, al estar usado, contiene impurezas que hay que eliminar, colándolo con un colador, mejor de tela, quita más impurezas.
·En el recipiente donde hemos depositado el aceite colado, introduce una batidora ( yo tengo una vieja, que utilizo solamente para mis experimentos) y vamos agregando la mezcla de agua y sosa, con cuidado, mientras batimos. Antes nuestras abuelas pasaban horas dando vueltas a la mezcla en un barreño. De echo era una buena excusa para reunirse con las vecinas y conocidas, mientras hacían jabón para todas. La introducción de la batidora acorta el tiempo, pero igual puedes reunirte con las amigas y amigos para hacerlo, y pasar una tarde diferente.
·Durante unos minutos batimos, sin parar. Como mi batidora se calienta, hago paradas y doy vueltas con una paleta de madera, en fin la cuestión es que la mezcla empieza a hacer trazas o si es aceite de oliva puro, se espesa directamente.
·Verter en moldes. Yo los utilizo de aproximadamente 200gr, luego os explico el motivo. Si has puesto estas medidas te saldrán 5 pastillas de jabón.
Por supuesto puedes doblar las medidas, si quieres hacer más cantidad, tantas veces como quieras.
Ya con la traza en el molde hay que taparla con trapos o paños durante dos días, para que el jabón se seque. A partir de este momento, esperamos unos 40 días, para dejar que se produzca el proceso de saponificación.
Pasados estos días ya puedes usar tu jabón casero, para lavar con pastilla. Pero también puedes lavarte el pelo con él ya el la glicerina suaviza un montón el pelo.
Si prefieres usarlo en la lavadora, tan solo tienes que poner un litro de agua en un cazo (yo uso uno viejo especialmente para esto), la pastilla suele pesar 200gr, gr arriba o abajo, por eso uso esos envases, para que el peso de la pastilla sea el justo. Con un rallador viejo, voy deshaciendo el jabón y lo echo en el agua hirviendo y se derrite poco a poco. Queda muy líquido, no asustarse, a medida que enfría se va espesando, hasta que queda como un gel.
Si te queda muy espeso, añades agua; si demasiado claro, añades jabón, hasta encontrar el espesor que más te agrade.
Cuando lo usas en la lavadora no hace espuma, como un detergente habitual, ni necesita suavizante, pero puedes usarlo si te gusta. También puedes sustituir en suavizante por vinagre, que suaviza un montón.
Consejitos:
·Yo uso aceite usado, pero por supuesto se puede hacer con aceite sin usar, de oliva o semillas. Pero para mí es importante poder reutilizar estos aceites, convirtiéndolos en algo tan bien aprovechado.
·Con poca cantidad se lava mucha ropa, no hay que llenar el cajetín, con un chorro o un tapón, si prefieres dosificarlo, es más que suficiente.
·Puedes usarlo como friegasuelos, queda fenomenal, especial mención merece el de mármol que le saca brillo y todo.
·Hazlo líquido a medida que lo gastes, ya que es más fácil guardar unas pastillas de jabón que varias botellas.
·Si encuentras más usos, por favor, comparte con nosotr@s.
También podemos hacer jabones cosméticos, con hierbas, frutas, frutos secos, exfoliantes, nutritivos, ... Si os interesa, dejarme un comentario y prepararé alguna entrada
Nos leemos pronto, queridos Marayeros míos!!!!